A LOS ACTIVISTAS DEL TERCERO CONSTITUCIONAL

Los hay de todo tipo:

Avasallantes, autoritarios, que te hacen temblar ¿Quién no recuerda la imponente figura de Mr. Dobbins maestro de Tom Sawyer? ¿Armado con una fusta con la que propinaba sonoras zurras a los sureños traseros de sus pupilos?

Solteronas y malhumoradas como la señorita Canuta que enseñaba en una escuela de Riverdale, atestada de imberbes pubertos de hormona alborotada, liderados por el pecoso Archie Gómez.

Excéntricos, pero ecológicamente responsables como el Profesor Memelovsky cuya máxima aportación a la ciencia fue el "tobogán del tiempo" donde viajaba con sus ayudantes "los Burbujos" Al tiempo que combatía a su némesis.- Ecoloco.

El buenazo del Profesor Jirafales, que verdaderamente se hacia merecedor a la medalla "Sebastián Lerdo de Tejada" o a la Hummer por su evidente abnegación y compromiso con la educación infantil .


El profe rural Sócrates García (Cantinflas) que a semejanza de su homónimo griego hacía parir la verdad, parafraseándolo "Hijos del… Romeral, y desde estos momentos amigos míos, estamos reunidos aquí al unísono para confrontar situaciones y dialogar mutuamente uno entre uno y todos para todos para llegar a conclusiones que nos lleven a qué, por qué y de qué, vamos a ver qué" Es a esta entrañable película a la que debemos la difusión de lo que debería de ser el himno del magisterio: "Chirrín , Chirrín mi profesor, de a devis sí, de a mentis no".

Los hay de cualquier estilo , didáctica o color, docentes de ficción o por el contrario, formadores que motivan a la transformación de la realidad, al reencuentro con el sentido mismo de la vida, que impulsan la imaginación y la creatividad, todo ello encaminado a la renovación de un ánimo pleno de esperanza, único intersticio hacia la libertad.

Grandes maestros han dejado huella en los fértiles campos de la educación, Gabriela Mistral, Paulo Freire, José Martí, Lucío Cabañas, Génaro Vázquez, Makarenko, Froebel, José Vasconcelos, por nombrar muy pocos.Pero los hay también, maestros de diario, los de las quincenas exiguas, los vapuleados por la oligarquía que nos oprime, víctimas también de la tecnología, que en lugar de alcanzarnos un genuino progreso nos consume en la enajenación.

Nostálgicos resultan los discursos que investían el oficio del educador con el ejercicio de un apostolado, y si bien la definición anterior raya en el misticismo, más peligrosas resultan las actuales tendencias de concebir la figura del maestro como la de un simple asalariado que es arrancado violentamente de las políticas educativas y la reflexión de su quehacer pedagógico, convirtiéndolo en un mero técnico del currículo.

A veces parece imposible vencer al desaliento, no obstante -Y me regocijo ante ello- el trabajo institucionalizado del docente tiene una alternativa, a diferencia de otras profesiones gozamos de cierto margen de autonomía dentro de las aulas, lo cual representa una ventaja increíble para ejercer nuestra labor humana que básicamente es la formación de seres humanos.

Es nuestra principal obligación convertir el espacio escolar en una prolongación de la existencia del alumno, con miras a propiciar aprendizajes que apuesten a transgredir el límite de lo académico para aplicarlo a la vida cotidiana, posibilitar el vital regocijo por aprender, así como su infaltable consecuencia.- La construcción de preguntas.

Ahora que escribo esto, recuerdo un mito griego, tiene que ver con el gran protector de la humanidad.- Prometeo quién se rebela ante los Dioses en beneficio de los simples mortales, entrégandoles el fuego que simboliza la vida y el conocimiento. Para Helena Blavatsky, Prometeo representa la figura del maestro, porque de él manan la inovación espíritual y el descubrimiento de lo que es bello y verdadero. Sí esto es lo que significa ser un maestro que trasciende, estamos ante un reto colosal, pero por experiencia sé que los grandes logros se van adquiriendo en forma gradual e imperceptible; Tengo 26 años y hasta hoy recuerdo con amor a mi profesor de Preescolar, que si ustedes lo hubiesen conocido, pensarían-con total seguridad- que era un hombre común, al menos exteriormente, porque cuando hablaba ocurrían prodigios; Insuflaba de vida a los personajes que poblaban su imaginación y entonces entre pupitres y loncheras, se paseaban lobos, pinochos y caperucitas, así como un héroe de epopeya llamado Nadie, al cual paradójicamente, nunca olvidaré.


Felicito a mi maestro Jorge y a cada uno de mis profesores por contribuir consciente o inconscientemente a mi formación, pero sobre todo felicito a mis alumnos por su maravillosa inteligencia y particulares inquietudes, que me inspiran cada día a ser una maestra mejor.