En pos t del amor

Siempre recordaré esta tarde que de tan nublada parece mercurio , lo único forsoforecente que se perfila en el espacio son los ojos de Alejandro. Habíamos hablado tanto que ahora extendemos los brazos tratando de alargar cada palabra, demostrando tal talento en estiramientos fonéticos. La peculariedad del hecho consiste en la propensión a la adherencia, es decir experimentar la sensación de ventosas invisibles o de cuerpos imantados, invariablemente la tendencia de atraernos magneticamente, de ceñirnos uno al otro. Es por ello que este día el tiempo se alarga progresivamente, lo mismo que nuestra despedida.

Me ha gustado tanto que he tardado en darme cuenta, esto que siento alrededor de él, inició con un entendimiento de cursos y destinos comunes.

Yo he sabido que desde que bajó del auto justo a esa hora y en aquel lugar para encontrarnos por primera vez, un viejo mecanismo astrológico se había puesto en marcha.

continuará...