Lo sabìas
y no era lìcito.
Aquì estas otra vez hablàndome de cosas tan pasadas, sembrando nuevamente el hueso de alguna fruta que habìa pasado por la boca. Palabras tremolentes, falsos silogismos, confesiones colorantes llenas de trabas.
No màs retòrica dijiste y me ofreciste el bàlsamo de una tregua.
-Màs inocente que Santa Teresa de Jesùs.
-No se lod igas entonces a nadie. Y tu risa nuevamente me guiño las piernas.
¿Serà la hipotermia del recuerdo? Ya no sè. Por asì decirlo mi coraza y la llama del deseo. Ahì donde Dios duerme te aprovechas del descuido y derramas nuevamente el opio y los hechizos.
Caracol del tiempo, tù y yo siempre coincidimos.
Allà fuera mi corazòn corre por las calles.
Cuando las matemáticas te juegan una mala pasada.
2 comentarios:
Malditas matemáticas, odio la cinta de moebius.
Sí, sobre todo cuando es aplicable, estúpidamente aplicable.
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